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aviones plateados

ruido

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ahora me ha dado por el inglés para las canciones. pienso que la música suena mejor en este idioma, aunque la mitad de las veces no sabemos qué están diciendo las letras y, lo que es peor, cuando lo sabemos nos llevamos una decepción terrible. yo ya había flirteado varias veces con ello, porque las vocales mixtas y lo onomatopéyico del idioma en sí dan a mi débil y aflautada voz una sonoridad que me agrada, además de que siempre las melodías iniciales se me ocurren ligando frases en inglés ficticio. y como, al fin y al cabo, esto lo hago porque me gusta, pues no tengo que dar explicaciones a nadie.

es cierto que me siento más agusto escribiendo en castellano, es mi idioma natal, tiene unos recursos que conozco muy bien, aunque para mí sea un idioma óptimo para leer y recitar, pero no para cantar. sin embargo, el escribir en un idioma que no es el tuyo te ayuda a ingeniártelas, a buscar otro tipo de formas de expresión diferentes y a aprender matices, es una especie de limbo creativo, un poco más desconectado de la realidad (que es lo que más me cuesta) y al final, aunque tiendas a repetirte, los juegos traen alguna que otra sorpresa agradable. con alguna pequeña ayuda de alguna amiga, consigo corregirlas y darles la forma deseada, y al final me siento satisfecho, que no es poco.

este fin de semana tengo ensayo con mi grupo, que va falleciendo. hoy quizás siga componiendo con otro, que no acaba de nacer. y yo, mientras, tengo las musas inquietas, aburridas, que necesitan carnaza. ahora me ha dado por el inglés para las canciones. algo tenía que hacer. one hundred poems, one hundred songs / sleeping and lying inside a box.

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de vez en cuando me entran ataques de nostalgia musical y echo la vista atrás, cojo alguna de las viejas carpetas de canciones y me pongo a tocarlas. suenan distintas, ha pasado mucho desde entonces, pero acaban sonando igual. es extraño, algunas casi ni las recuerdo, otras me vienen a la cabeza de vez en cuando como si las hubiera escuchado ayer y resulta que hace años que sólo las catalogo.

luego, de repente, me entra el ansia: debería grabar bien todo esto, arreglar las canciones, grabarlas y que suenen bien, aunque sólo sea por divertimento propio y poder oírlas de forma decente. y a la pereza inicial que da el grabar - quien lo haya hecho alguna vez sonreirá, sí, señores, grabar es un rollo increíble - se suma la incertidumbre de la elección: ¿cuáles grabo? ¿por cuáles empiezo? ¿merece la pena? es tantísimo lo que queda por hacer...

al final todo queda como estaba. las canciones vuelven al armario. quizás hoy saque otras. pero ya sé lo que va a ocurrir: las tocaré, las guardaré, diré que eran buenas, luego se me pasará y diré que puedo hacer cosas mejores y las dejaré ahí, otros meses, otros años... hay quien colecciona sellos, quien colecciona fotos, quien colecciona amores. creo que lo mío es coleccionar canciones.

estos arranques suelen suceder cuando el/los grupo/s en que estoy están en momentos inciertos. ya he visto morir muchos proyectos, cada vez que muere uno de ellos sólo queda uno mismo para decirse: sí, no necesitas a nadie. la composición es como la vida: se puede ser feliz solo, pero cuando lo compartes adquiere un brillo y unos matices que de otro modo no se pueden conseguir. por eso no me cansaré de intentarlo, aunque, a veces, sea doloroso.

crónica del concierto de ávila

el concierto de demo en ávila ha sido de lo más atípico que me ha ocurrido en los últimos tiempos. para empezar, porque la situación era extraña. el día antes falleció un familiar cercano de nuestro bajista con lo cual él no podía asistir, pero aplazar el concierto se nos hacía muy difícil (por lo de encontrar otra fecha) y suspenderlo, pues como que no. así que con la ayuda de un amigo del grupo, también bajista, en algunos temas, y eliminando un instrumento en otros, salimos adelante. he de decir en concreto que tanto el otro guitarrista como yo conocemos los bajos de nuestras canciones a la perfección, primero porque algunos los hemos compuesto nosotros, y segundo porque los tenemos muy oídos. así que decidimos tirar para adelante por esta vez.

el concierto también fue raro porque, si bien la acústica de la sala producía algunos ecos, habíamos conseguido un sonido decente y, con el público, se mitigaría el efecto. craso error, porque la afluencia de público fue más bien escasa con lo cual la acústica siguió siendo un poco deficiente y el ambiente frío.

aún así y todo, es curioso, pero según algunos de los asiduos a nuestros conciertos ha sido uno de nuestros mejores conciertos. el bajista sustituto, con chuleta y todo, no desmereció ni mucho menos al titular, y los temas que prescindimos de un instrumento estuvimos bastante activos y correctos, sonaron diferentes pero bien. técnicamente tanto unos como otros bastante bien tocados, mejor que otras veces. y nosotros bastante distendidos, sin la presión adicional del estado etílico, anímico y técnico de nuestro bajista habitual.

ahora comenzamos un periodo de transición; mi, cada vez más cercana, marcha a madrid, un posible cambio de trabajo de nuestro guitarrista, su próxima paternidad y alguna que otra tensión interna dentro del grupo. aparte, nuestro repertorio está ya agotado y tenemos que renovar canciones. así que ahora todo es confuso, y veremos hacia dónde va todo esto. este último concierto ha servido para comprobar una cosa. quiénes somos la esencia del grupo, quiénes no podemos faltar.

concierto en ávila

éste sábado día 27 tenemos el que puede ser el último concierto de demo este año, y será en ávila, concretamente en la sala quondam a las 24.00. es la primera vez que tocamos en ávila, y aunque, como de habitual, gran parte (o casi todo) del público serán amigos y allegados, siempre el ir a un lugar nuevo genera cierta incertidumbre. si a esto se le suma que tendremos que recoger a marchas forzadas, la cosa se hace un poco más complicada.

después del concierto, es necesario hacer una breve reunión, que es lo que más me preocupa de todo. tenemos que replantearnos la estrategia para el año siguiente, porque éste ha sido bastante productivo en conciertos (es el año que más hemos tocado) pero muy poco en composición, y técnicamente estamos bastante estancados. yo me di un año de plazo para ver cómo iban las cosas, y veo que estamos exactamente en el mismo punto que el año pasado en estas fechas, a pesar de la mayor experiencia en el directo. así que urge un replanteamiento, porque la ilusión se va viniendo abajo y eso nunca es bueno, sobre todo si el desilusionado es el principal impulsor del grupo.

y esto es lo que hay, incertidumbre, mucha incertidumbre. así están siendo los últimos tiempos, y desgasta. a ver si el lunes puedo hablar del inicio de un nuevo ciclo. que eso, en el fondo, es lo que más me gusta. la ilusión de un nuevo comienzo.

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el viernes pasado mi estado de ánimo era bajo, más bien bajo, mis fuerzas pocas y mi sensación de estar al borde de un abismo oscuro inmensa. pero entonces recibí una llamada, una llamada de alguien cercano que se encontraba en una situación peor y, lo que es más importante, con motivo para ello. entonces me ocurrió como suele pasar, desaparecieron mis nubes interiores. antepuesto, el dolor de esa persona. y me olvidé, me olvidé de mí, de mis quebraderos de cabeza y de mi mundo insatisfecho.

ayer la muerte se llevó al padre de un conocido, y en la última semana la palabra 'cáncer' parece que está por todos lados. me trae viejos recuerdos, heridas cicatrizadas de las que se resienten con el cambio de clima. entonces recordé, recordé lo que es la pena verdadera y me sentí muy pequeño frente al estado de ánimo que ahora mismo debe tener esta persona.

dicen que somos medibles por nuestros actos. sin embargo, parece que nos empeñamos en darnos importancia según la magnitud de nuestros problemas, y los engordamos y los magnificamos a los ojos de los demás para que vean qué sufrimiento tan grande tenemos. yo, hoy, me siento pequeño. es como los sueños y la realidad, cuando algo es tangible el sueño se dispersa como humo tras un manotazo en el aire. se deshincha como un globo picado por el alfiler del destino.

por eso me siento pequeño hoy. porque mi dolor es sueño, y me sabe mal preocuparme por él al lado de quien sufre en la realidad. aunque todo esto me hace pensar mucho en el sentido de las cosas. cuando la realidad desaparezca, sé que volveré a los sueños. y, ahí, ahí sí que soy grande.

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el viernes pasado mi estado de ánimo era bajo, más bien bajo, mis fuerzas pocas y mi sensación de estar al borde de un abismo oscuro inmensa. pero entonces recibí una llamada, una llamada de alguien cercano que se encontraba en una situación peor y, lo que es más importante, con motivo para ello. entonces me ocurrió como suele pasar, desaparecieron mis nubes interiores. antepuesto, el dolor de esa persona. y me olvidé, me olvidé de mí, de mis quebraderos de cabeza y de mi mundo insatisfecho.

ayer la muerte se llevó al padre de un conocido, y en la última semana la palabra 'cáncer' parece que está por todos lados. me trae viejos recuerdos, heridas cicatrizadas de las que se resienten con el cambio de clima. entonces recordé, recordé lo que es la pena verdadera y me sentí muy pequeño frente al estado de ánimo que ahora mismo debe tener esta persona.

dicen que somos medibles por nuestros actos. sin embargo, parece que nos empeñamos en darnos importancia según la magnitud de nuestros problemas, y los engordamos y los magnificamos a los ojos de los demás para que vean qué sufrimiento tan grande tenemos. yo, hoy, me siento pequeño. es como los sueños y la realidad, cuando algo es tangible el sueño se dispersa como humo tras un manotazo en el aire. se deshincha como un globo picado por el alfiler del destino.

por eso me siento pequeño hoy. porque mi dolor es sueño, y me sabe mal preocuparme por él al lado de quien sufre en la realidad. aunque todo esto me hace pensar mucho en el sentido de las cosas. cuando la realidad desaparezca, sé que volveré a los sueños. y, ahí, ahí sí que soy grande.