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el viernes pasado mi estado de ánimo era bajo, más bien bajo, mis fuerzas pocas y mi sensación de estar al borde de un abismo oscuro inmensa. pero entonces recibí una llamada, una llamada de alguien cercano que se encontraba en una situación peor y, lo que es más importante, con motivo para ello. entonces me ocurrió como suele pasar, desaparecieron mis nubes interiores. antepuesto, el dolor de esa persona. y me olvidé, me olvidé de mí, de mis quebraderos de cabeza y de mi mundo insatisfecho.
ayer la muerte se llevó al padre de un conocido, y en la última semana la palabra 'cáncer' parece que está por todos lados. me trae viejos recuerdos, heridas cicatrizadas de las que se resienten con el cambio de clima. entonces recordé, recordé lo que es la pena verdadera y me sentí muy pequeño frente al estado de ánimo que ahora mismo debe tener esta persona.
dicen que somos medibles por nuestros actos. sin embargo, parece que nos empeñamos en darnos importancia según la magnitud de nuestros problemas, y los engordamos y los magnificamos a los ojos de los demás para que vean qué sufrimiento tan grande tenemos. yo, hoy, me siento pequeño. es como los sueños y la realidad, cuando algo es tangible el sueño se dispersa como humo tras un manotazo en el aire. se deshincha como un globo picado por el alfiler del destino.
por eso me siento pequeño hoy. porque mi dolor es sueño, y me sabe mal preocuparme por él al lado de quien sufre en la realidad. aunque todo esto me hace pensar mucho en el sentido de las cosas. cuando la realidad desaparezca, sé que volveré a los sueños. y, ahí, ahí sí que soy grande.
ayer la muerte se llevó al padre de un conocido, y en la última semana la palabra 'cáncer' parece que está por todos lados. me trae viejos recuerdos, heridas cicatrizadas de las que se resienten con el cambio de clima. entonces recordé, recordé lo que es la pena verdadera y me sentí muy pequeño frente al estado de ánimo que ahora mismo debe tener esta persona.
dicen que somos medibles por nuestros actos. sin embargo, parece que nos empeñamos en darnos importancia según la magnitud de nuestros problemas, y los engordamos y los magnificamos a los ojos de los demás para que vean qué sufrimiento tan grande tenemos. yo, hoy, me siento pequeño. es como los sueños y la realidad, cuando algo es tangible el sueño se dispersa como humo tras un manotazo en el aire. se deshincha como un globo picado por el alfiler del destino.
por eso me siento pequeño hoy. porque mi dolor es sueño, y me sabe mal preocuparme por él al lado de quien sufre en la realidad. aunque todo esto me hace pensar mucho en el sentido de las cosas. cuando la realidad desaparezca, sé que volveré a los sueños. y, ahí, ahí sí que soy grande.
16 comentarios
Anastasia -
Tamara -
hans -
Nuala -
Anónimo -
hans -
Otro -
lo malo es que yo me digo, bueno y qué?.
cada uno tenemos nuestro dolor.
Nuala -
A ver, uno puede tener un grano de arena en un ojo, y se le pone hecho una pena y te duele un montón. Hasta que te ponen a lado del fulano que le cayó la montaña encima y tiene todo el cuerpo destrozado, y piensas que lo tuyo no es nada, y que se te pasará pronto. Pero el dolor de ojo no te lo quita nadie, claro.
(Ejemplo patrocinado por los Teleñecos y Granitos del Norte S.A.:D)
hans -
manuel h -
hans -
Nuala -
Teki -
vireta -
un achuchon..
siloam -
siloam -
Tal vez el haber vivido situaciones similares te ayuda a "ponerte en el lugar", y es posible q de rebote te duela a tí tu historia, tus afectos. A veces ante el dolor inmenso desde fuera nos bloqueamos, y aparece después más insidioso.
Yo creo que la vida no es sueño, pero sin sueños y con mente racional tal vez no la soportariamos (un poco de sueño no puede hacer daño)
y bla, bla...
un abrazo real, y de sueños.